No todo lo normal es tan bueno como lo pintan, la mejor arma es saber medirse en lo realista. Carpe diem!

martes, 11 de septiembre de 2012

Sola, otra vez.

Nada es imposible.
Ha tomado, lo pude reconocer en su mirada apenas lo vi. Chistoso, se fue al parecer sólo porque en vez de abrir Explorer le salió Google Chrome.
Ya me di cuenta de que lo odia. No tengo idea a donde se ha ido.
Es un irresponsable de mierda.
Ahora me preocupa, pero la decepción está yendo más allá que cualquier sentimiento que guardo por mi padre. Siempre ha sido así, pero mi mamá estaba viva para parar esas actitudes que aguanto a regañadientes. Ella lo amaba entonces.
Ojalá hubiésemos vuelto a ser la familia feliz. Desde la tarde ha sido así, le hablé de  que quería ir al concierto de Juanes (mañana) y renegó de mi hermano. Luego fue a su computadora, y yo toda ingenua y emocionada le dije: "Papá, el profesor de flauta dijo que a fin de año vamos a hacer otro recital" y me respondió, a la mierda, ¿saben qué increíble respuesta me dio? "Hija, si quieres ir compra ¿ya?" traduciendo en mi idioma a un: "¿quieres ir? saca plata, cómprate lo que quieras y no jodas que estoy trabajando". Le aclaré, se rió, y no volvimos a tocar el tema. Seguro ya lo olvidó. Todo lo que hago, el único orgullo que puedo esperar es penosamente por parte mía. Mi papá tiene una memoria de mierda que sólo servía para los bendito partidos de fútbol que tenía mi hermano, ahora sólo está enfocada en las comisiones del negocio y en los partidos que pasa el canal 3. Ni si quiera tiene tiempo para las reuniones de padre en mi colegio, ¡ni si quiera tiene ganas! Aún sabiendo que si no asiste no me pueden matricular.
"Todo esta bajo control, tú tranquila" es su frase de todos los días, no sé cómo puede creer que tiene todo el tiempo del mundo. Pues no, sé perfectamente que no es así. Nadie lo tiene ni lo tendrá jamás.
A mi mamá se le acabó su tiempo cuando yo recién empezaba el mío, once años, y ahora quiero que se acabe ya. Hace un momento sentí que me quería ir, largar de ésta porquería de casa, pero no tenía con quién. Jamás volveré a tener con quién. Entonces, ¿acaso tengo opción?
Tenía planes de futuro. Tengo planes. Pero no así, no quiero estar así, sé que cuando crezca y me marche por fin de este suburbio de hogar, mi papá morirá tal vez de esa enfermedad que le da a los alcohólicos o adictos al sexo. No digo que lo sea ahorita, no es ninguno de los dos de lejos, pero sé que lo puede llegar a ser si quisiera.
Desde la semana pasada, mitad de ella, he perdido interés por la comida. Me he entretenido en las noches por la computadora, y como desayuno, en el colegio sólo tomo agua, a las 4 almuerzo y si me acuerdo, como fruta en la noche. Me había subido salvajemente, casi llegaba a los 50, pero ahora estoy en los 45 y puedo bajar 5 menos. Espero.
Es raro. No sé si es por el estrés, tal vez, pero últimamente estoy sintiendo como pinchadas, punzones en el pecho (corazón, supongo) y duele mucho. No me vengan con enamoramientos que yo, ni tengo amigos, así que no es una huevada de esas.

Bueno, no sé a donde ha ido mi padre. Mi hermano ya cerró la puerta de su cuarto y mi perrita vomitó hace un rato, mañana la llevaré al veterinario. Tengo hambre, me quema el estómago, pero a nadie y menos a mi me importa ya mi salud, ni mis logros, nada de esta porquería. Puedo matarme y dirán que me he quedado dormida. Es que a nadie le intereso, pero realmente a nadie ya.
Esta noche, más que nunca, no he tenido familia.


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